miércoles, 9 de mayo de 2012

Hasta siempre, Caloi!

Ayer murió Carlos Loiseau, queridísimo historietista argentino. Los sitios online, los diarios de hoy, la radio y la televisión lo recuerdan. Qué cosa extraña la de adular al muerto! la idealización y la nostalgia se hacen presentes en los medios y penetran en nosotros, contagiándonos el lamento. Aún enojados por esa intención de generarnos tanta pena, sabemos que partió un grande y la pena es auténtica. Se nos fue Caloi y con él, Clemente y otros secuaces. Qué fuerte hoy ver la contratapa de Clarín con el recuadro de Clemente de luto, al igual que los personajes de Sendra, Crist, Altuna y Tabaré.
Caloi, tipo apasionado, se definía como un dibujante "nato y neto": no hacía otra cosa que dibujar desde pequeño. Antes de terminar el secundario tuvo una participación en Tía Vicenta, revista liderada por Landrú, un referente y guía de este salteño criado en Adrogué, Buenos Aires. Fanático de river, peronista y absolutamente localista, supo condensar en una historieta con humor e ironía la realidad argentina: desde las costumbres que tanto nos gusta mantener hasta las que no, pasando por críticas a nuestra realidad como ciudadanos y país.
Desde 1973 hizo reír y reflexionar a más de uno desde el gran diario argentino, lugar al que, según cuentan, entregó personalmente sus dibujos hasta que la tecnología le permitió que su segunda mujer los enviase vía scanner. Amigo de otros grandes como Quino, Fontanarrosa y Dolina, salpicó genialidad junto a ellos, deslumbrándonos más de una vez. Cómo no creer injusta y prematura la muerte de gente con tanta chispa, creatividad y compromiso? Caloi era un grande y seguirá siéndolo, inmenso e intangible, como su legado.
Muchas son sus creaciones y participaciones en diarios y revistas. Incluso llegó a la tele, con Caloi en su tinta, mostrándonos novedades del hasta entonces poco conocido mundo animado. Recuerdo haber visto este programa cientas veces, desde casa al lado de mis viejos...Publicaciones como Con el deporte no se juega, Humor de humores, Mi Buenos Aires querido, Todo es cultura y varias más, lo hicieron reconocido de punta a punta. Sin embargo, su consagración llegó de la mano de Clemente, ese extraño bicho sin manos, perspicaz, astuto, buenhumorado y apasionado, tanto por la tremenda Mulatona como por el fútbol. Quién diría  que un millonario como Caloi crease un personaje tan bostero? Lógico, lo popular siempre lo pudo. Y ahí, en esa popularidad cómplice y divertida, nos hemos identificado todos. 



Clemente nace como personaje secundario de la tira Bartolo, un conductor de tranvías arraigado a la identidad porteña y sus peripecias. Poco a poco, las ocurrencias de Clemente y su singular mirada de las cosas lo hizo estrella, desplazando al viejo Bartolo al recuerdo (que nunca te pase que un secundario te borre de escena! ijij). Y ahí nació la época dorada: Clemente tirando papelitos en el mundial, debatiendo con su hijo, intentando conquistar a la Mulatona, discutiendo con el hincha de camerún e invitándonos, cada día, a descubrir y reir de nuestro identikit rioplatense.
También se hizo presente cada domingo en Revista Viva, con caricaturas más amigas del desamor, el fútbol, pícaras reflexiones existenciales y burlas absurdas de la cotidianeidad.







El jueves de la semana pasada estrenó Ánima Buenos Aires, un corto animado que seguro ya agotó entradas. Lo recuerdan impuntual, genial, lleno de talento, "excelente socio para la joda y para la lucha", dijo  El loco Chavez, amigo y ex compañero en sus inicios en Clarín. Con 63 años, un divorcio, una segunda mujer y  tres hijos, abandonó su Buenos Aires para juntarse con otros grandes, quién sabe donde.

Acá nos queda tu magia, viva y perpetua. Gracias Caloi!

El arte de hoy? homenajear a quienes nos regalaron tan gratos momentos de risa, arte y cultura.


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