miércoles, 30 de mayo de 2012

Los hijos del Capital

Resulta que ahora estamos pesificados. El que quiera dólares que se jorobe, es el mensaje de fondo. Para viajar ya no tenemos que ponernos de acuerdo con nuestras amigas sobre el destino, con nuestra pareja sobre la fecha o con la familia si vamos en auto o avión. Ahora tenemos que ponernos de acuerdo con AFIP, un interlocutor un poco más complicado. Pero no voy a hablar de lo que está pasando con el dolar o el peso; voy a hablar de cómo el vil metal nos ha criado. Quiénes somos los hijos del Capital ? Y que Marx se revuelque en su tumba.
Partamos de una base: todos somos unos cerdos capitalistas. Cada  uno sabe que eslabón de la cadena es, ya que este sistemita te reduce, en muchas cosas, a tus estadisticas pér cápita. Que seamos parte de un mínimo porcentaje de adinerados o estemos bajo la línea de indigencia, nos quita toda posibilidad de estar afuera del sistema. Ricos, pobres y hasta aquellos locos internados en una granja jugándola de hippies socialistas están dentro, porque alguna que otra vez compran birra, faso o un ticket a un recital, o no?!. En fin, todos tenemos, tuvimos y tendremos contacto con el dinero y hasta una relación con él. Desinteresados que lo ningunean, derrochones que lo malgastan, avaros que lo cuidan, gatos que lo aman y por él hacen cualquier cosa (ojo con esta troupe que viene con faldas cortas y pestañas arqueadas).
La gente pone una emoción extra cuando habla de dinero, siempre lo digo. Para algunos puede ser un tema tabú, para otros una morbosa fascinación. La cosa es que hablar de dinero no es para cualquiera, a muchos los invade, incomoda y hasta ofende. No entiendo bien por qué, lo juro. Pero asi es. Me pregunto, no deberíamos despojarlo de carga emocional ? ya de por si tiene un valor: sirve para comprar algo. Para qué ponerle amor? Bueh, cada quien...
Volvamos a lo divertido: los principales tipos de hijos del Capital.

Hijo mayor: El maldito bien aprendido de toda familia. Es equilibrado con sus gastos, tiene siempre algún que otro ahorro, sabe planear y presume su capacidad de organización económica. Es un aburrido, capaz de tener un excel mensual donde registra cuánto gana, cuánto ahorra y cuánto gasta. Es el que estaría orgulloso si su mamá supiese como se administra. No apto para shoppings o salidas consumistas. Respeta el dinero.
Hijo del medio: No es el mayor ni el menor, y eso le cuesta. El hijo del medio del Capital no es ni rico ni pobre, es fucking clase media, clase en vías de extinción en nuestro país. Nunca sabe bien si jugársela por un gasto grande o no por cómo están las cosas. Labura todo el día para tener la tranquilidad del mayor o los perdones del menor, pero no es más que un pobre diablo. Cualquier recorte o medida económica le atañe a su bolsillo. A veces sufre un poquito porque le gustaría darse más gustos y no puede. Pobrecito! jijiii. Trabaja por el dinero.
Hijo menor: Típico derrochón, malcriado y llorón. Lo que tiene lo gasta y siempre hay alguien detrás que le salva las papas. No planea, no ahorra, no invierte, pero de una forma u otra termina yéndose a pasar Navidad a Nueva York. Son envidiados por los que saben sudar la frente y principalmente por los que pagan las cuentas al día y no pueden más que darse gustos locales. Saben pedir, y sobre todo, saben divertirse. Aclaro, no somos necesariamente mala gente. Se burla del dinero, se divierte con él.
Hijo adoptado: Es un agradecido de la vida o un resentido (va con humorrr!). Por tal, se da vueltas solito desde muy chico. Es inteligente para hacer compras y para los negocios. Por ser un adelantado corre con ventajas: ya tiene su autito, ya vendió la moto, hizo uno que otro trueque. Está tranquilo, no le falta ni le sobra. Es como una versión golden de la clase media común. Le agradece al dinero.
Hijo perdido: El que se fue de casa y nunca más llamó. Se fue de la ciudad o del país. Dicen que se fue enojado con el sistema y bla bla. Se leyó unos cuantos tomos de El Capital y se fue al campo. Vive de su huertita y ni lento ni perezoso, se llevó a la novia. Vuelve para Navidad a comer gratis con una planta de rúcula  de su rancho bajo el brazo. La juega fuera del sistema aunque a veces tranza. Tiene un celular por si hay una urgencia, jijiji. Dice no importarle el dinero, incluso puede odiarlo.
Hijo pródigo: Es el que se fue a rockearla y volvió al hogar. Motivos le sobran para afirmar que no tuvo otra alternativa más que la casa de mamá. Está cómodo: tiene techo, comida y ropa planchada. Con suerte labura y compra unas masitas. Le tiene miedo al dinero propio.
Hijo ilegítimo: A este le compran el silencio. Es de los que siempre tienen la suerte de que la vieja tenga unos cuantos blue dolars y se los regale. Le compran departamento en Cañitas y le regalan bienes que para los otros hermanos son sinónimo de disputa. Sus amigos y su pareja no entienden por qué son tan generosos con él. Él ni se lo pregunta. Su pareja feliz, imagínense! No entiende la necesidad del dinero.
Hijo involucionado: Este se quedó en la primera infancia, donde a todo lo que te piden prestado le decis que no. Amarrete como ninguno, cuenta la plata y vuelve a guardarla en el cajón. Pareciese que está jugando al tesoro escondido el muy salame. No presta, no gasta, no nada. Avaro, estricto y ridículo: es capaz de comprarse algo y disfrutarlo a escondidas. Nene tonto y malo! Tiene mucho por crecer....por lo general mueren solos. Sobredimensiona el dinero, es capaz de besarlo.

Muchos somos los hijos del Capital y como tales, no somos iguales. Unos más, otros menos, algunos en cuotas y otros siempre cash. El dinero tiene en nosotros un significado determinado por nuestra propia historia: si escaseó, si sobró o si se trabajó desde pibe por él. Es normal y está muy bien que cada uno lo administre, considere y estime a su manera. Lo que también está bien es saber que el dinero viene y va, que ponerle mucho amor no tiene muchas gratificaciones (todo lo contrario) y que la vida es muy linda como para pasárnosla contando billetes en el mejor de los casos, monedas en otros. 

Ganar dinero para vivir o vivir para ganar dinero? Ahora no sólo espero ganar dinero para viajar, sino suerte para cumplir y llegar a destino tras los requisitos del famoso formulario de AFIP.

El arte de hoy? tomarse con humor los vaivenes económicos, deporte argentino.


Money Money, Liza Minelli! 

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