lunes, 14 de mayo de 2012

El tiempo no se pierde

Qué cosa indefinible el tiempo. Nos la pasamos más en el pasado y en el futuro que en el presente. Lógico, es muy difícil creer que el aquí y ahora puede cambiarse. En el presente uno está haciendo lo que le toca hacer, no? esa es la sensasión. Estás en casa, estás en el subte, en el trabajo, nada. Es más atractivo planear qué vamos a hacer el fin de semana y gastar 48735 sms entre amigos por eso antes que concentrarnos en lo que estamos haciendo en este instante. Supongo que por algo será, es nuestra forma de transcurrir.
La macana llega cuando creemos que podríamos haber invertido, utilizado y difrutado más ese tiempo que, sin pensar, destinamos en hacer eso que nos tocó hacer. Y ahí llegan los lamentos más absurdos, ya todos sabemos que el tiempo no vuelve atrás y, para peor, sigue pasando. Y nosotros pasamos con él. Se trata de una especie de desgaste o consumo mutuo. Destino? la muerte de ambos. Cuando morimos, nuestro tiempo también muere. Siendo así, entiendo que el tiempo como tal es propio y, por ende, debe respetar nuestra impronta. El tiempo es cosa tan íntima como nuestros pensamientos, tienen su lógica y su razón de ser. Existen en y para nosotros. Nadie vive de nuestro tiempo y nosotros no deberíamos vivir del tiempo ajeno. Por tal, por qué dejarlo despojado al suceder de los días? O bien por qué intentar coordinar nuestro tiempo con los tiempos que ha estereotipado esta sociedad? Yo a los treinti si no quiero, no me caso (armo lío siempre que puedo, ijji) 
Aún intentando entender cómo convivir con el tiempo, hay algo en lo que deliberadamente me gana: no puedo no lamentarme de todo lo que no fui, todo lo que no hice, todo lo que no me animé a decir. Es terrible, basta media hora para encontrar más de una cosa que quisimos ser y hacer y no lo hicimos. Quizá lo intentamos y no pudimos, quizá no (cosa imperdonable) y sólo nos quedaron esas ganas envueltas en pena. Uno siente que ha perdido oportunidades, que hoy estaría parado en otra vereda si hubiese tomado otro camino o hecho otra cosa. Seguramente. Pero parados en otra vereda, seguro nos lamentaríamos de no estar en ésta. Inconformistas por naturaleza.
Salir del tedio de pensar eso que no hicimos termina por convencernos que para algunas cosas estamos a tiempo, que no habremos sido bailarinas o astronautas, pero podemos hacer un taller de escultura que dan a dos cuadras, quién te dice...Vamos por lo real, por eso que si podemos hacer y llenemos la agenda de cosas, hay mucho por sublimar. Y ahí vamos, en la rueda del intento, una vez más. Y así mil veces más! trucos del tiempo, parte de vivir. 
Lamentemos menos, hagamos más. Perdonémosnos eso que creemos desperdicio, lo lindo del tiempo que se cree perdido tarda en decantar. Siempre se aprende, sinónimo de que nada es en vano.

Les dejo la canción Horas Perdidas, de Zambayonny. No es muy conocido aún, es un cantautor crítico y de estilo acústico sincericida. Estuvo en varios programas de TV y tiene presentaciones seguidas sobre Av Sta Fe. Una canción que tras largo lamento, evidencia la ironía de quejarse por lo que no se hizo. A mirar adelante, no podemos anclarnos en el futuro que no es.

El arte de hoy? Vivir como si tuviésemos tiempo para todo. 




2 comentarios: