martes, 17 de abril de 2012

Mujercitas de Marte: Tita Merello

De verdad que a Tita poco le importó lo que de ella dijeron. No hubiese sido quien fue si, por si acaso, se hubiese detenido por tanto rumoreo, juicios y prejuicios hacia ella. "El dolor nació conmigo", dijo en una ocasión. Le creo. Lo que no puedo creer es cuántas ganas le puso esta morocha del tango a la vida.
Nació a la vuelta de mi casa, en San Telmo (barrio de chicas con pulenta) en un conventillo en 1904. Sus padres no pudieron criarla. Trabajó en el campo, luego la mudaron a una especie de asilo...la crió la calle. La pobreza y el desamor la marcaron para toda la vida. Pensar que a los doce años aún no sabía leer ni escribir, para años más tarde convertirse en aquella mítica actriz que cantaba tangos, tenía un programa de radio y hasta produjo uno de Tv. Aguerrida, con alma de hombrecito, nada ni nadie pudo contra su voluntad de superarse.
Anoche caí en una tremenda angustia: horas de trabajo, cansancio, vaivenes económicos, desamores, sueños no cumplidos. Tita me hubiese considerado afortunada. La verdad? debo serlo. Pero, aclaro, hay algo que nos une: de mi también se han dicho muchas cosas! ijijji!.
En ciudades como Buenos Aires puede que  las críticas y rumores no azoten tanto a la gente. Se vive en un tranquilo anonimato para algunos, aunque frustante para los de vocación estrella. Pero de donde yo vengo, queridos weberos, lo que se dice convive con cada uno de nosotros de principio a fin. Puede traumar, eh?  Hay rótulos que pueden llevarse hasta nuestro último día. Pero si la vida te espolvorea con un poco de evolución, no hay alivio más deleitable que aprender a reírse de uno mismo desde una crítica ajena. Puedo o no ser todo lo que de mi se dice, me define el humor con que asumo tanto lo bueno como lo malo que tengo. De tragedia a comedia, en un paso (qué superada estoy hoy, por Dior!)
Tita las pasó todas. Arrancó bailando en antros, sometida a situaciones poco gratas. De ahí al Maipo. No creerán que la recibieron de brazos abiertos a esta vedette rea, o si? Sin embargo nadie podía cuestionar que, pese a no haber tomado clases de dramatización jamás, supo encarnar los papeles más sufridos, ácidos, marginales...casualidad? no, sólo supo hacer arte de su padecer. La aplaudo de pie!
Si Tita hubiese bajado los brazos cuando Gardel la criticó al escucharla cantar. Es claro, cantaba de una forma y tono particular. La definieron como la actriz que cantaba, imagínense. Si le hubiese afectado que su amor, Luis Sandrini (por el que se armó flor de bolonqui ya que estaba casado) la dejase para irse a filmar a España, cuestionándole su decisión de no seguirlo. Se quedó nada más ni nada menos que a consagrarse como actriz haciendo de Filomena Marturano en 1948, una mujer que fingió estar moribunda para casarse y al fin darle un apellido a sus hijos. Por el qué dirán Tita tuvo que exiliarse en México, considerada adherente al movimiento peronista. Sin trabajo una vez más puso frente a las balas y volvió a la Argentina en 1958, junto al radicalismo.Si Tita se hubiese rendido tras las acusaciones de romance con Daniel Tinayre en su juventud ...saben que hizo en 1997? llamó a la mesa de Mirtha Legrand (con quien compartió escena) y dijo: "Daniel se enamoró de mi, pero se casó con vos". Tomá! que mujer bien puesta, no?! Si Tita, por una cosa u otra, no se hubiese escuchado a ella misma. Supo hacerlo desde chica, nadie le dijo cómo, ni cuando. Por eso fue la mujer del tango: sabía de sufrir, de vivir en la calle, de vivir al día, del desamor y la noche. Se forjó como mujer desde un lugar desdichado, crudo, hasta denigrado. Arrabalera, Tita se enfrentó a la soledad hasta su muerte el 24 de diciembre del 2002. La soledad le ganó, está claro; pero jamás le quitó la fuerza de voluntad y los sueños. Y una preocupándose por lo que dirá fulanito después de aquella noche juntos, o menganita de mi imagen, o pepito de mi pasado!! (que mundo chiquitititito!)
Qué importan entonces los rumores y las críticas!? A quién vamos a darle el poder de coartar nuestras intenciones, por más absurdas que puedan parecer? El miedo a exponerse puede ser intenso, es cierto; pero que nos sirva de motor para ir a más, jamás para quedarnos quietos. El secreto? confiar en uno mismo. El que se anime a ser fiel a sus deseos ya tiene parte de ellos cumplida. No hablo de las críticas constructivas, claro está. Hablo del deporte del que todos algunas veces no sólo somos víctimas sino hacedores o transmisores: juzgar de lejos. Bien por Tita Merello, que aprendió a contar sólo y nada más que con ella ante el mundo. Si ella no confiaba, quién? Y así como ven, pintó de colores un futuro que podría haber sido negro.

Del ricículo no se vuelve, dicen. Nada me importa, no tengo a donde volver. Yo soy asi.

El arte de hoy? animarse a pagar el precio de ser auténticos. Grande Tita! 



Se dice de mí...
se dice de mí...
Se dice que soy fiera,
que camino a lo malevo,
que soy chueca y que me muevo
con un aire compadrón,
que parezco Leguisamo,
mi nariz es puntiaguda,
la figura no me ayuda
y mi boca es un buzón.

Si charlo con Luis,
con Pedro o con Juan,
hablando de mí
los hombres están.
Critican si ya,
la línea perdí,
se fijan si voy,
si vengo o si fui.

Se dicen muchas cosas,
mas si el bulto no interesa,
¿por qué pierden la cabeza
ocupándose de mí?

Yo sé que muchos
me desprecian compañía
y suspiran y se mueren
cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro
y se quedan, si los miro,
resoplando como un Ford.

Si fea soy, pongámosle,
que de eso aun no me enteré.
En el amor yo solo sé
que a más de un gil, dejé a pie.
Podrán decir, podrán hablar,
y murmurar y rebuznar,
mas la fealdad que dios me dio
mucha mujer me la envidió.
Y no dirán que me engrupí
porque modesta siempre fui...
¡Yo soy así!

Y ocultan de mí...
ocultan que yo tengo
unos ojos soñadores,
además otros primores
que producen sensación.
Si soy fiera sé que, en cambio,
tengo un cutis de muñeca,
los que dicen que soy chueca
no me han visto en camisón.

Los hombres de mí
critican la voz,
el modo de andar,
la pinta, la tos.
Critican si ya
la línea perdí,
se fijan si voy,
si vengo, o si fui.

Se dicen muchas cosas,
mas si el bulto no interesa,
¿por qué pierden la cabeza
ocupándose de mí?

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